¿Quién es la extrema izquierda?, ¿es Podemos, es Más País, quizás IU? Podría ser, pero no es el caso.

Aunque parezca kafkiano, hay una extrema izquierda a la izquierda de la “extrema izquierda”, valga la redundancia… Me refiero a los extra parlamentarios como pueden ser UCE, PCPE, PT, PCML, PCE(R), anteriormente MC, LC, etc; y esto solo en la familia comunista, porque también los hay, o hubo, de corrientes progresistas y radicales de diversas fuentes: Por un Mundo Más Justo, Partido Pirata, Verdes, Recortes Cero, etc, etc.

Muchos votantes del PSOE, Podemos, IU o Más País podrían decir que el grupo expuesto anteriormente es un estorbo para el avance de un proyecto de progreso para España, incluso muchos dirán que hacen pinza con la derecha. Nada más lejos de la realidad. Es un valiosísimo ejército que recorre miles de ciudades, pueblos, barrios, facultades, asociaciones, movimientos y sindicatos de España. Desde los lejanos sesenta ha sido un sector cualitativo de la Revolución en España. Para poner una muestra, diremos que entre los sesenta y setenta el gran PCE tenía 300.000 militantes; pero lo que había a la izquierda del PCE eran otros 300.000 activistas. Desde luego, no podemos imaginar una transición sin las gigantescas huelgas de más de un mes de Marcelino Camacho, representando a lo mejor del PCE. Pero tampoco podemos pensar que la salida de la dictadura hubiera sido la misma sin las ocupaciones del campo de los movimientos maoístas en Andalucía, del cual sigue siendo heredero el movimiento de Marinaleda, sin la radicalización de las huelgas en Euskadi o sin la fuerte presencia institucional de los intelectuales trotskistas.

Un alto valor para la lucha, que estas corrientes ha ido aportando generación tras generación. No podríamos concebir la riqueza de la lucha contra la OTAN, el «No a la Guerra» y el 15 M sin esta militancia y ex militancia dispersa por todos los rincones del país. ¿Quiénes han impulsado las Mareas, o las Plataformas Antidesahucio si no son estos comunistas de toda la vida que ahora siguen ahí o están en tal o cual asociación, sindicato o plataforma?

Sí, es una fuerza de enorme peso para la construcción del socialismo. Son tan vitales que ya se han encargado desde muchos aparatitos de Estado de dividirlos y atomizarlos. En la veintena anterior a los ochenta llegó a haber más de 100 siglas bajo la bandera roja, 100. ¿Por qué tener un Partido de 300.000 o incluso de 600.000 bolcheviques si puedes tener, por un lado uno de 300.000 bien controlado, y por otro 100 partidos atomizados de 3.000 militantes cada uno, bien divididos?

Aun así, esta fuerza social ha sido capaz de revivir varias veces. La última de ellas generó la rebelión de los Indignados. Una explosión que, a través de decenas de miles de manifestaciones, huelgas, acampadas, ocupaciones, actos y luchas de todo tipo ha hecho que todo el país vire a la izquierda. Ha obligado a IU a ampliarse a través de Podemos, sosteniendo y radicalizando a un gobierno del PSOE. Un PSOE que, a golpe de militancia, se ha vuelto más «socialista». La izquierda sopla y gana elecciones y la élite del Barrio de Salamanca se inquieta y nace la extrema derecha. Pero, paso a paso, se exhuma a Franco, se sube un 22% el salario mínimo, se derogan aspectos de la reforma laboral, se aprueba el Soporte Mínimo Vital, y se habla cada vez más de República. Porque la extrema izquierda, aunque atomizada, tiene una fuerza magna en esta España nuestra tan cantonal y libertaria.

¿Pero cúal es el papel de este ejército? Ha llegado el momento de unirse, de buscar el común denominador, de seguir izquierdizando la política española y de entrar al Parlamento.

No podemos permitir que ninguno de nuestros votos quede fuera de las Camaras y se convierta en una bala de VOX y del PP. Cada uno de estos votos Trotskistas, Maoístas, Guevaristas, Espartaquistas, Gramscianos, cada voto de hoz y martillo se ha de convertir en una voz en los parlamentos que, apoyando al Gobierno de PSOE-Podemos, se rebele contra la OTAN y Merkel, contra los monopolios y por el Socialismo. En Grecia han seguido este camino y así nació SYRIZA, en Argentina echaron a Macri con esta disciplina. Y por el 2,5% de voto de los Anticapitalistas galos no pasó a la segunda vuelta la izquierdista y anti imperialista Francia Insumisa de Mélenchon las elecciones hace 4 años….

Es el momento de que enfilemos el debate de la unidad porque hay más ejes programáticos y más principios que nos unen de los que nos dividen. ¿Quién de los de la papeleta roja no está por la expulsión de la OTAN, por la nacionalización de Nissan y Alcoa? ¿Quién no está por la depuración y la democratización del Estado y por una tercera República? ¿Quién no está por la construcción de grandes cooperativas industriales y por reindustrializar nuestro país, o por la unidad de acción sindical…? Son muchas más las cosas que nos unen que las que nos separan, y mucha más la necesidad de unidad de nuestro pueblo que nuestras diferencias ideológicas. Porque claro que hay diferencias ideológicas e históricas entre UCE, PCPE y LC. Diferencias sobre un Stalin muerto hace 70 años, una Revolución Cultural terminada hace 50 y una URSS caída hace 30… Y claro que esas diferencias se trasladan a la resolución de conflictos graves de principios en la España de hoy como ETA, el nacionalismo, los aliados de las clases populares… Claro que todos estos problemas existen, como existían y perduran en Grecia, antes y después de crear SYRIZA. Pero no nos engañemos, el corazón rojo de un joven militante del PCPE no es menos rojo que el de un joven militante de UCE o uno viejo del MC. Porque somos revolucionarios que amamos nuestro país y que estamos dispuestos a dedicar nuestra vida a la Revolución.

La clase obrera y la izquierda tenemos dos problemas nodulares para mantener la gobernanza y para hacer avances revolucionarios en el primer y segundo mundo. El primero, la abstención de los sectores más humildes de las masas; el segundo la atomización incapacitante de la izquierda radical amén de la división de toda la izquierda. Nuestros enemigos lo saben bien y bien lo gestionan, desde los trumpistas a los democrátas de Clinton o Biden…

¿Seremos capaces de acabar con esta atomización para generar una rebelión barrio a barrio que defienda los intereses populares y la organización sindical, que cree cimientos y ponga ladrillos en la construcción del socialismo, que frene la abstención obrera y así fortalecer la unidad de la izquierda para frenar el autoritarismo de los representantes del Barrio de Salamanca? Pensemos en ello.