Mientras se perenniza la infame invasión de Putin, se ahonda desastrosamente el divorcio entre Rusia y Occidente. Buscando de modo innatural un asentamiento más asiático que europeo de Rusia, su parlamento acaba de restringir de un sólo golpe la libertad de expresión y la libertad sexual.

Quiero recordarle a los rusos que no queremos que dejen de ser lo que siempre ha sido: Europa. Y qué mejor manera de hacerlo que recordárnoslo a nosotros mismos así, contra quienes hayan suspendido obras de Chéjov en los teatros o piensan en retirar a Dostoyevski de programas.

Es emocionante ver en este concierto a la juventud moscovita actual romper a llorar ante la desgarradora irrupción de la guitarra en un temazo del mítico grupo de los 80, Kino. Su difunto y carismático cantante, Viktor Tsoi, ya fue el protagonista de la aclamada película-reportaje Leto.

La canción, Spokoinaia Noch («Buenas noches»), aparece en otra gran película, Durak («El idiota»), que cuenta como un estudiante de arquitectura de la mediana ciudad de Tula se percata de que un rascacielos residencial de un barrio pobre está gravemente agrietado y cerca del derrumbe. En solitarias y desesperadas caminatas nocturnas por la ciudad, intenta convencer a responsables del ayuntamiento de que hagan evacuar el edificio, y choca con la indiferencia de una clase política corrupta y autoritaria.

El video que traemos aquí, muestra un ritual curioso y conmovedor, en el que los músicos restantes del grupo, ya entrados en edad, interpretan la parte instrumental canción en directo en un estadio repleto de jóvenes, mientras suena la voz grabada de Viktor Tsoi y se proyectan imágenes temáticas y animaciones artísticas con la silueta del desaparecido cantante y compositor como protagonista.

Melodía austera, melancolía rusa en bruto, intensa a partir de los 3’32», despiadada a los 5’12». Disfrutad el video.

Spokoinaia Noch