Murcianos de dinamita frutalmente propagada. 5 días de fuegos artificiales a la espera de que se pose el polvo, crónica de lo anacrónico.

La moción de censura se extiende a Madrid y Castilla y León. A Ayuso le explota la cabeza y convoca elecciones. Acaban en los tribunales y habrá elecciones. La primera encuesta anuncia la desaparición de C’s, la duplicación del PP, el crecimiento del PSOE, la bajada de Más País y la inexistencia de Podemos.

Por otra parte, el PP compra en el rastro a tres miembros de la Asamblea Regional de C’s y aparentemente no triunfará la moción en la Región de Murcia. Pero resulta que Vox se pasó de facha con tres diputados de esta formación en Murcia al exigirles que ingresaran todas las subvenciones en una cuenta de Ortega Smith. Al final Santi los tuvo que expulsar porque decían no sé qué de trasparencia. Ahora nadie tiene ni puta idea de qué votarán estos expulsados. Rebote y la moción de Murcia está en el aire.

Mientras tanto, C’s se divide, Toni Cantó y unos cuantos más se ponen muy tristes porque resulta que ser de centro era pactar a izquierda y derecha y ellos querían ser del Comité anticomunista de McCarthy. Unos se van al PP y otros a su casa, pero muy tristes.

Cuando parecía que la tierra no iba a temblar más… Pablo Iglesias se va, como le pedía OK Diario, y se presenta en Madrid para unificar a Más País y Podemos. Propone a Yolanda Díaz, del PCE, como vicepresidenta primera de España y cabeza de lista de Podemos. Y Pedro Sánchez lo acepta 6 horas después. Ayuso se felicita de haber echado a Iglesias de La Moncloa, pero no ha caído en la cuenta de que en su cargo ahora está directamente el PCE. Si no quieres un gobierno obrerista, toma dos tazas.

¿Y qué quereis amigos? Si cuando una mariposa mueve sus alas en Hong Kong puede provocar una tormenta en Nueva York, cuando unos murcianos se cabrean puede acabar una comunista gallega como vicepresidenta primera de España en cinco días. Pero, amigos y amigas, estén atentos porque la fiesta acaba de empezar. En el medievo existía el dicho «Mata al Rey y vete a Murcia». Cuando un murciano se cabrea…