Todos los emprendimientos y empresas tienen sus secretos, su manera de evitar los grandes impuestos o directamente prefieren contratar a los jovenes en negro, sin seguridad médica, sin contratos laborales dignos e innevitablemente pagando menos. Especialmente en temporada alta: cerca del 40% de los jóvenes en Rumanía trabajan en empresas de hostelería sin importarles que no tienen un contrato digno de las horas que trabajan. A los estudiantes de bachiller y universidad se nos ofrecen contratos de 4 horas para pagar menos impuestos, aunque trabajemos 12 o 13 horas diarias, varios días a la semana. Al acabar la temporada y decidir irnos de ciertas empresas no solemos ser pagados por las últimas semanas de trabajo. Estoy harta de no tener findes libres, de oír a mis amigos y conocidos quejarse de las condiciones laborales en hostelería. No tener gran experiencia facilita a los encargados de los restaurantes y bares pintarnos el trabajo más tedioso del mundo como un juego divertido y convencernos de que no merecemos ni necesitamos un contrato, voz ni voto o incluso de que no tenemos derecho a un buen pacto laboral.